Más tarde, fuimos al palacio de Versalles, donde tuvimos que hacer una cola impresionante, que recorría el patio exterior de la entrada dos veces, pero mereció la pena. Después de ver Versalles, los que quisieron se quedaron viendo los jardines y los que no, se fueron al patio exterior de la entrada y estuvieron allí haciendo lo que quisieron sentados en unos bancos que había.
Pasillo con bustos de los monarcas de Francia |
Pared con gran mural pintado en ella |
Entrada de Versalles |
De camino al Arco del Triunfo nos ocurrió una anécdota bastante graciosa, un vagabundo nos estuvo persiguiendo corriendo y se bajó los pantalones delante nuestro. Nosotros no le habíamos hecho nada, pero el hombre se sentiría ofendido por algo y reaccionó así. Nos alejamos y seguimos con nuestro camino.
Ya por la noche fuimos a comer a los restaurantes y bares cercanos al Arco del Triunfo y nos tomamos unas cuantas fotos junto a este emblemático monumento.
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